
En Soto del Real, el lunes 8 de julio de 2013, Bárcenas recibió la visita de Javier Iglesias, entonces abogado de su jefe Ãlvaro Lapuerta, «en representación del Partido Popular» con una amenaza clara: «Si hablas, la situación puede ir a peor. Si hablas, tu mujer irá a prisión. Si callas y no tiras de la manta, caerá Gallardón y se anulará el proceso». La realidad es que no se calló. El siguiente lunes declaró durante cinco horas y media seguidas en la Audiencia Nacional. Tiro de la manta delante del juez Pablo Ruz sin beber una gota de agua.
Un dÃa antes se habÃa publicado en El Mundo el SMS que tambaleó a Mariano Rajoy: «Luis, sé fuerte». Ambos lo fueron. A su manera. Para el presidente del Gobierno tocado por su extesorero la dimisión no estuvo en su hoja de ruta y consiguió sobrevivir a una comparecencia en el Senado y a que no se alzasen las voces crÃticas dentro del partido y asà presentarse a unas nuevas elecciones. Todo a pesar de la telaraña que habÃa tejido su entonces ministro de Justicia, Alberto Ruiz-Gallardón, para que Bárcenas se convirtiera en Ygrámul, el Múltiple.
«Fue una operación suya. Alberto se la juega a Mariano en una partida con el fiscal general, Eduardo Torres-Dulce, y con Antonio Salinas, anterior fiscal jefe Anticorrupción, porque a él lo ayudan quitándole del caso Malaya» (Entrevista a Bárcenas en Interviú, 9 de febrero 2015). También lo confirmó Pablo Crespo, exsecretario de Organización del PP gallego, actualmente cumpliendo condena por la sentencia de Fitur Valencia: «Bárcenas entra en la cárcel como una maniobra de Gallardón para que le cayera la del pulpo a Rajoy».
Desde que arrancó el juicio del caso Gürtel, Bárcenas cambió de estrategia. «No porque haya pactado con el Gobierno, sino porque me quiero centrar en mi defensa. Si su discurso polÃtico es utilizarme como icono de la corrupción, actuaré en consecuencia. A partir de ahora no voy a ser instrumentalizado por nadie. Velaré por mis propios intereses». Este silencio mediático roto solo por sus declaraciones en el juicio donde ratificó la contabilidad «extracontable» se ha querido entender como un acercamiento al que fuera su partido durante 30 años.
Pero, ¿tiene capacidad el Partido Popular de salvar a la mujer de Bárcenas cuando el propio presidente del Gobierno tuvo que ir a declarar a la Audiencia Nacional de San Fernando de Henares y el PP está pendiente de que le condenen por beneficiarse a tÃtulo lucrativo? La realidad es que un supuesto pacto con el Partido Popular no le valdrÃa de nada. Asà me lo ha reiterado cada vez que se lo he preguntado a lo largo de este año: «Después de analizarlo frÃamente, he llegado a la conclusión de que tengo que defenderme de las acusaciones directas y los hechos que figuran en el escrito de la FiscalÃa, que en ningún momento señala al PP».
En unos dÃas tendremos la sentencia de Gürtel que promete ser «ejemplar» como pedÃa en sus conclusiones la AbogacÃa del Estado. El propio presidente del Tribunal, Ãngel Hurtado, ha adelantado por donde irán los tiros. Ha cedido a José Ricardo de Prada y Julio de Diego, quién se dormÃa de forma habitual en casi todas las sesiones del juicio aguantándose la mayorÃa de las veces la cabeza, la redacción de una parte de la sentencia «por discrepancias» y emitirá un voto particular. Los jueces que citaron a Rajoy como testigo redactarán las partes más polémicas: la condena al Partido Popular, a Ana Mato y RosalÃa Iglesias. Sorprendentemente nadie menciona a la mujer de Francisco Correa, Mª del Carmen RodrÃguez Quijano, a quién la FiscalÃa le pide 38 años de cárcel.

Se da la paradoja de que amenazaron a Bárcenas en Soto de Real de que si hablaba su mujer irÃa a prisión y ahora RosalÃa podrÃa ser condenada para que Bárcenas hablase convirtiéndose en moneda de cambio, porque de nuevo hay movimientos externos, como los propiciados en su dÃa por Gallardón, para realizar el jaque mate a Rajoy en una jugada. Los últimos pactos de ciertos acusados con la FiscalÃa Anticorrupción para rebajar condena muestran algunas claves. El principal: la confesión de Francisco Correa en la pieza de Valencia. Ya en la última palabra de Gürtel pidió, ante el asombro de todos, «el indulto del juez Baltasar Garzón que ha sido injustamente inhabilitado y es una vÃctima de una causa que tiene un tinte polÃtico».
Es un rumor a voces que Garzón está detrás del mea culpa de Ricardo Costa a través del despacho de Manuel Ollé. Y que también es amigo Ãntimo del juez que redactará parte de la sentencia de Gürtel. Asà lo reconoció De Prada en unas jornadas de debate sobre “El ejercicio de los tribunales internacionales†en mayo de 2014: «En primer lugar no sólo quiero manifestar mi gratitud a la Fundación Baltasar Garzón, sino también a Garzón y hacer una manifestación de mi cariño personal… Probablemente uno de los peores momentos en mi trabajo jurisdiccional fue cuando Garzón fue inhabilitado». Concretamente por las escuchas de Gürtel.
Su fijación por el caso que le inhabilitó como juez es obsesiva. Cuando Javier Gómez de Liaño renunció a la defensa de Bárcenas porque «no tenÃa ni pajolera idea de que habÃa concedido una entrevista» me llegó un mensaje de un Ãntimo de la judicatura insistiéndome que le propusiera al extesorero que estaba a punto de salir de prisión provisional que «le pidiera a Garzón que le defienda». Ya escribÃa Luis Herrero en ABC: «Garzón ha dado muestras de que su propósito de convertir al presidente del Gobierno en la equis de la corrupción del PP va en serio». Asà definitivamente revertirÃa aquella frase de Rajoy: «Esto no es una trama del PP, es una trama contra el Partido Popular».
Intervención de José Ricardo de Prada en el debate sobre “El ejercicio de los tribunales internacionales†en mayo de 2014:
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